Y... ¿Para cuando la Reforma Empresarial?

Nuevamente oímos hablar de la Reforma Laboral. Oímos hablar de la necesidad de "flexibilizar el factor trabajo"; flexibilizar los horarios, flexibilizar para incorporación del trabajador a otras localizaciones geográficas de los centros de trabajo, flexisibilizar el despido, flexibilizar la contratación, flexiseguridad, flexi, flexi, flexi,... Incrementar la productividad con "ganar menos y trabajar más" (la famosa frase del ínclito Díaz Ferrrand), con la necesidad de que el trabajador esté más cualificado, que domine idiomas para favorecer la internacionalización de la empresa, con la necesidad de que el trabajador sea creativo, tenga iniciativa, conecte con la clientela, esté pendiente de los nuevos gustos y costumbres de los clientes, busque nuevos "nichos de mercado" (no lo va a hacer todo el empresario); en fin, etc., etc., etc., que se puede ampliar con el "informe de los 100 expertos".

Pero curiosamente, algunos expertos independientes sostienen que los dos factores que influyen básicamente en la productividad de la empresa son: la incorporación de nuevas tecnologías a la empresa (inversión en nuevas tecnologías por parte de la empresa) e íntimamente relacionado con ello la innovación en la organización de la empresa (organización de RR.HH., gestión financiera de la empresa, estrategias y alianzas en el sector, en la internalización, en la gestión de la estructura de costes, enfoques en la gestión comercial, gestión de productos, gestión, gestión, gestión, ..., y toma de decisiones (las prerrogativas empresariales que según los clásicos justifican el beneficio).

Entonces, PREGUNTA: ¿Para mejorar la financiación de las empresas a quién hay que reformar?, ¿para mejorar la produtividad de la empresa a quién hay que reformar?, ¿para mejorar a internacionalización de la empresa a quién hay que reformar? ¿para incorporar nuevos productos, nuevos clientes, nuevas estrategias de ventas, innovaciones organizativas del trabajo, de los RR.HH. a quién hay que reformar?

Cuando en este país, y no es por hacer leña del arbol caído, un tal D. Gernardo Díaz Ferrand, lleva a un puñado de compañías a la quiebra y lo compatibilizó con la presidencia de la CEOE...

Si tenemos un empresariado que basa su expectativas en "el pelotazo" producto de burbujas especulativas que luego deja al país como "unos zorros" y/o en la reducción sin límites de los costes laborales vamos mal porque ahí no podremos nunca competir con los emergentes; si tenemos un empresariado que antes de contratar está pensando en despedir; si tenemos un empresariado de pymes sangradas por la gran empresa que puede desaparecer de hoy para mañana porque carece de apoyos financiero, de asesoramiento, de economías de escala, de acceso a la innovación, a la internacionalización, etc., etc., etc.

Partiendo de la base de que ya no es cuestionable que el empleo es un bien público y ello depende de la generación de riqueza, del crecimiento económico, otro aspecto a estudiar y desarrollar es el de las empresas de economía social. Hay dos aspectos relevantes al respecto: 1) Su objetivo principal es el empleo, no el beneficio, es decir, con beneficio cero mantiene el empleo; y consecuencia de la anterior 2) apenas produce desempleo aún en épocas de crisis. El reto de estas empresas son las mismas que las de las pymes y el mantenimiento de la unidad del accionariado, socios partícipes o cooperativistas. Para mí la solución está en la tutela de las empresas por mecanismos arbritados por los poderes públicos que cubran estas necesidades. En otros post desarrollaré más ampliamente esta idea aunque ya avancé algo cuando hablé del aval para pymes por parte de las SGRs.