Sinopsis
Partimos
de la base de que la crisis tiene su origen en la contracción del
crédito y la contracción del cuasi-dinero, es decir, la crisis tiene su
base en la pérdida de la confianza para prestar, para otorgar crédito.
El
Estado puede utilizar el aval para generar confianza entre la pequeña
empresa, generar empresas de economía social para mancomunar y generar
supraestructuras, eliminar barreras a los emprendedores, apoyar a
empresas “en germen”, “en UVI” y “en expansión”.
Con
una tasa de fallidos del 5% (que es alta aunque para los cálculos
podemos utilizar cualquier otro porcentaje) un costo de 5.000,00
millones de € moverían 100.000,00 millones en la economía real. El plan
de estímulo que anuncia la UE de 200.000,00 millones invertidos en
avales moverían 4,00 billones de €.
Los
detractores de la idea pondrán el acento en que la tasa de fallidos se
puede disparar, contra este argumento está la formula de la tutela en la
gestión económico-contable y financiera de las empresas apoyados en las
nuevas tecnologías on-line y en la creación de equipos de analistas y
gestores que impulsados por la iniciativa pública lo hagan posible (es
una idea que se desarrollará más tarde y es autofinanciable). La mejor
forma de ponerlo en práctica es apoyándose en las entidades que ya
funcionan y generar experiencias piloto con el nuevo formato y
posteriormente expandirse.
La
gestión tutelada junto con la concesión de avales e inyecciones de
capital riesgo traería como obligación la toma de contragarantías de los
sujetos avalados e instrumentos contractuales de para limitar en inicio
la gestión privada y combinarla con una gestión pública hasta la
“mayoría de edad de la empresa”; una especie de franquicia de la
gestión.
Otro
punto que subrayarán los detractores será los impedimentos
legales-presupuestarios en el otorgamiento de avales por parte de la
administración; aquí la solución es clara: la voluntad política para que
puedan ser presupuestados los riesgos que se asumen.
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