- a) el abaratamiento del despido producirá más contratos fijos. ¡Increible! pero cierto. Al despido libre o superbarato, al "pase usted por caja y mañana no venga" le llaman empleo fijo - la mejor definición del lenguaje orweliano- y luego el silogismo falso y falaz " se contratará más y no se despedirá por esa facilidad del despido, lo que eufemisticamente llaman "flexibilización del mercado laboral". Y, ante la pregunta ¿quieren ustedes abaratar el despido?, la patronal dice que no, que a los que ya tienen ese contrato con indemnización por despido de 45 días por año no se les tocaría, que es para los nuevos contratos fijos. Engaño para el público -que a mi juicio no estuvo bien respondido tanto por el Ministro y por los Sindicatos-. ¡Hombre! es que constitucionalmente no se puede. Artículo 9.3 de nuestra Constitución donde se garantiza el principio de seguridad jurídica y a irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales: "Art. 9.3 Constitución Española". Lo que pretende la patronal es abaratar los nuevos contratos fijos, anular la tutela judicial -en su propuesta, te pagan la indemnización de los 20 días y a la calle sin juicio ni tutela judicial, lo que reconoce ahora la ley es que en un despido improcedente, sin causa, el juez puede sentenciar a elección del trabajador la readmisión o la indemnización-, de los anteriores contratos fijos anteriores ya veran como se los quitan de encima, por jubilación sin reposición de los existentes, con EREs y con otro tipo de argucias y presiones. Tanto patronal como el PP repiten "la mejor política social es tener trabajo". Nooo, vuelven a usar ese lenguaje de "vendedor de coches usados", "de moto sin ruedas". Las políticas sociales y la protección social no es tener un trabajo. Eso es política laboral. Pero implicitamente están uniendo la destrucción de la protección social por un pretendido empleo con despido barato justificado por un pretendido crecimiento económico en base a esta medida. Como les respondió Candido Méndez, esa medida genera desconfianza en el trabajador-consumidor que con el miedo al despido no consumirá - a ver quien se mente en un crédito a 35 años para un piso, ni banco que se lo conceda con un trabajo precario-.
- b) y c) Bajar las cotizaciones a la Seguridad Social y los impuestos producirá más ingresos a las arcas de la Seguridad Social y a la Hacienda Pública. Otra vez increible. Y el caso es que convencen a bastante gente. Vuelven a la ya famosa "curva de Laffer " relacionando carga impositiva y recaudación de forma inversa, que no tiene en cuenta otras variables como el momento del ciclo económico, el acceso a la financiación de familias y empresas o la lucha contra el fraude fiscal entre otros que podriamos seguir enumerando. En la situación de recesión, de momento bajo de ciclo económico con una contracción brutal del crédito, una brusca disminución de determinados impuestos, los relacionados con la actividad económica, a mi juicio y a juicio de los economistas más solventes, produciría un agujero en las arcas públicas brutal. La posición razonable es que se podría disminuir la carga impositiva individual de los contribuyentes cuando se mantenga la recaudación que necesita un Estado inversor y un Estado de bienestar social con cargo a la lucha contra el fraude fiscal y mayores cotas de crecimiento económico que produzcan más ingresos globales para el Estado y todo ello dentro de un equilibrio a lo largo del ciclo. Es decir, lo razonable es hacerlo al contrario de lo que ellos pregonan. Disminuir impuestos y cotizaciones sociales con criterios de discriminación positiva cuando se garanticen los ingresos necesarios y no "fiar" a una reducción lineal de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social a que estos producirán un incremento de cotizantes cuando eso no sólo no es verdad, sino que es bastante improbable.
Lo increible es que la arquitectura del discurso de la derecha es "No véis que debo mandar yo porque vosotros, plebeyos no sabéis" y, "no véis que si yo me enriquezco es bueno para vosotros, plebeyos, porque os doy trabajo" y lo más increible es que haya gente que no son de su condición social que los votan. En fin, tenemos mucho que aprender para desenmascarar su lenguaje engañoso.
Hay que tratar de desenmascarar ese lenguaje orweliano, nacido en los think tanks conservadores - grupos de reflexión y estudio financiados por lobbys neocons-. Lo justo y ecuánime es que si ellos creen en la "ley de la selva" que así se presenten ante la ciudadanía y ante los electores. Los ciudadanos tienen derecho a decidir sin engaños.
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