El mercado interbancario empieza a moverse. La confianza entre los bancos vuelve y vuelven a prestarse.

Cuando se inició este desplome de la economía y cuyo punto de ignición fueron las "hipotecas subprimes" y los activos financieros asociadas a ellas, los ahora llamados "activos tóxicos", el pánico se aporderó de la gran banca que veía como caían entidades financieras norteamericanas y, después, entidades europeas. El miedo bancario se tornó en desconfianza entre ellos, "¿será el próximo mi vecino con el que tengo importantes relaciones interbancarias?". Así pensaron los bancos europeos y, por supuesto, los bancos españoles; se "cerró el grifo", el grifo del dinero, el flujo dinerario, cual fluido físico, se "estancó", se quedó "encharcado" en diversos charcos, algunos de ellos en paraísos fiscales y otros, simplemente, en la caja de las entidades financieras. Cuando ya han caido los que tenían que caer, cuando ya han recibido ayuda los que tenían problemas, cuando la solvencia de cada cual empieza a estar clara y empieza a despejarse la "bruma" empieza de nuevo, tímidamente, a fluir el dinero, no sin antes haber destruido tejido empresarial y, por lo tanto, destruido empleo. Así lo recoge el diario económico Cinco Días: "Los préstamos entre los bancos españoles empiezan a reactivarse" y otro síntoma se nota en este otro artículo del mismo diario "La banca azuza el consumo navideño con promociones de tarjetas"